Una de las escasas muestras del arte de la vidriera de la provincia de Albacete se encuentra en nuestra ciudad. La obra, manufacturada por la prestigiosa empresa de los hermanos Joseph y Henri Mauméjean, decora la capilla de la residencia Virgen del Rosario.
El legado
Doña Rosario Rodríguez de Paterna y Ochoa, viuda de don Francisco Lorenzo Selva y sin hijos, entre sus últimas voluntades, dona la casa solariega de su propiedad a las religiosas Esclavas de María, comunidad religiosa presente en Almansa desde 1912.
La mansión, sita en la calle Aniceto Coloma nº2, dispone de una capilla en uno de sus salones de la planta baja. Fue allí, según recordaba vagamente sor Carmen Sánchez, donde se mandó colocar la vidriera, tras encontrarla desmontada y embalada.
La obra
Se trata de una creación compuesta por nueve paneles dispuestos en forma de puerta abatible en tres paños. Sus dimensiones son de gran formato, 2,54 m de alto por 1,3 m de ancho, con un grosor variable.
Según algunos testimonios, don Francisco regaló la vidriera a su esposa. Teniendo en cuenta ese detalle y la firma que aparece en el panel inferior derecho, podemos aventurarnos a datarla en la década de 1910, quizá en los primeros de la siguiente*.
La Anunciación de María, o la Salutación angélica, momento en el que la Virgen recibe la visita del arcángel Gabriel y tiene lugar la Encarnación –“Et verbum caro factum est”–
La Anunciación
La vidriera muestra básicamente la triada formada por María, el Arcángel y la paloma (Espíritu Santo).
María, de pie, con actitud de sorpresa y sumisión e interrumpiendo la lectura de la Biblia, aparece a la izquierda de la imagen.
El Espíritu Santo, rodeado de una aureola, aparece descendiendo, con los rayos de la divinidad sobre la Virgen; es el momento de la Encarnación.
El arcángel Gabriel, ataviado con una túnica, bate sus alas, levanta el dedo índice hacia el cielo y porta un báculo, con flor de lis sustituyendo la voluta y rodeado con una cinta en la que se lee Ave gratia plena.
La escena, de clara inspiración neogótica, se desarrolla en un pórtico, sobre el que se observan tres cuadrilóbulos (el central con el anagrama mariano) y que deja entrever un castillo o ciudad, completado con un jarrón con azucenas (alegoría de la pureza de María), un canasto con ovillos, un candil y una cortina, todo sobre baldosas de cerámica.
Restaurado
El estado de deterioro que presentaba la cristalera era tan evidente que se llevó a cabo una intervención de limpieza, consolidación y reposición de partes extraviadas.
Los trabajos fueron acometidos por el restaurador Fernando Cortés Pizano y Ana Úbeda durante la primera mitad del año 2010, colocando el vitral nuevamente en uno de los balcones de la capilla, lugar que ocupaba anteriormente.
Lecturas recomendadas
"LA ANUNCIACIÓN”. UNA VIDRIERA DE LA CASA MAUMÉJEAN EN ALMANSA (ALBACETE) (pdf) Rafael Piqueras García
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