Dirección
Plaza de los Reyes Católicos, Almansa
Para muchos, simplemente El Jardín. Antiguamente se le nombró como Compás, Plaza de San Francisco, Plaza de los Mártires de la Libertad, Plaza de los Reyes Católicos, Paseo de La Glorieta, Avenida de José Antonio Girón y Jardín de La Glorieta.
Nos encontramos ante el parque más conocido de esta ciudad, ideal para pasar el día con niños. Consta de un jardín con juegos infantiles, un templete donde se realizan conciertos, zonas ajardinadas, una pista de baloncesto, un mirador y un estanque, todo esto junto a una completa oferta de restauración en todo el perímetro del jardín. Quienes se desplacen en vehículo disponen de dos parkings públicos justo a su vera, y los viandantes lo encontrarán a pocos metros del centro de Almansa.
Asimismo, podemos incluir como parte del jardín sendos lados del CEIP Claudio Sánchez Albornoz, en su flanco norte encontramos el rincón de La Pescatera, el parque infantil de tráfico Pedro Duro y un aparcamiento con capacidad para cerca de cuarenta utilitarios. Junto a la valla sur del citado colegio aparece otro estacionamiento público, que permite aparcar a cientos de vehículos, pero no durante todo el año, en ocasiones (en especial en Fiestas de Mayo y Feria) se utiliza como escenario de eventos, bien sea para disparar una mascletá, acoger puestos y atracciones o instalar elementos auxiliares (carpa, aseos móviles, etc...).
El solar con forma semicircular que se presenta en la parte este del centro educativo (al cruzar la calle Pablo Neruda) se convirtió para 2006 en el nuevo Recinto Ferial, en un intento de proteger el jardín, lugar castigado duramente cada año por una ocupación masiva los días de feria.
En el último cuarto del siglo XIX prácticamente toda la superficie del parque actual eran huertas o descampados.
En planos de la época se hace referencia a la Glorieta y a un paseo a La Florida desde las inmediaciones del final de las calles San Francisco, Nueva y callejón de Eugenia.
Es el cambio de ubicación de la celebración Feria en 1881 a la Plaza de San Francisco y la buena acogida que supone el traslado, quien proporciona protagonismo a este lugar que, a principios del siglo XX, abarcaba cerca de 0,45 hectáreas.
Su perímetro estaba rodeado por una muralla baja con cuatro1 accesos, formados por dos columnas con un adorno en forma de copa en su parte superior, todo de piedra. Cada uno de esos pasos estaba coronado por un arco metálico adornado en su centro con un escudo de Almansa.
En el interior del jardín se dibujaban cuatro bandejas que abrazaban una fuente de piedra redonda con una peculiar roca en el centro.
Hay anotaciones desde 1905 de un precioso quiosco de música, con una barra a modo de bar en su interior y copado por una terraza en la que tocaba la banda. Las solicitudes de don Leandro de Prado pidiendo permiso para la instalación de ese templete se referían a la misma ubicación que tenía la fuente, el centro del jardín.
1 En 1975 José Luis Rodríguez Serrano, en el quincenal ALMANSA, afirma que solo hay tres arcos. Luís Albertos Martínez, en su libro Almansa, esa desconocída (2016) se hace eco del artículo. Almansa 1930-1939, primer ejemplar del Proyecto Décadas sube a cuatro número de portales primigenio. Ana Jordá (El Periódico de Almansa, 07-2020), afirma que hubo dos, más otro que se planta más adelante. En los planos aportados por Julio Carrilero en 1920 se distinguen cuatro. Nuestro equipo ha encontrado un total de cuatro arcos en fotografías, situados a lo largo del tiempo en hasta seis ubicaciones diferentes.
El éxito que acompañaba a la Feria ofrecía buenos dividendos al Consistorio, que decidió ampliar la superficie de jardín.
El entonces concejal don José Conde García fue uno de los inspiradores de esta ampliación.
El proyecto se encarga al que años después diseñará el Teatro Regio, don Julio Carrilero Prat, joven arquitecto que cuenta con buenas referencias. El novel urbanista acaba de colaborar en la construcción de la plaza de toros de Albacete (1917). En octubre de 1920 el Ayuntamiento da el visto bueno a los diseños presentados, que alargarán el recinto hacia el sur, duplicando su extensión.
La idea consistía en comprar unos huertos, propiedad de los padres Franciscanos. Los frailes se negaron en rotundo. Mientras, la ciudadanía reclamaba medidas drásticas para hacerse con el terreno. Tardaron varios años en llegar a un acuerdo.
El alcalde, don Constantino Sánchez Martínez, después de reunirse el Ayuntamiento, dio orden para que una noche derribasen la tapia del huerto.
Tremendo fue el disgusto de los religiosos ese amanecer, al ver usurpado su territorio. Reclamaron tal afrenta directamente al Gobernador Civil, que rápidamente telegrafió al ayuntamiento, reclamando la presencia del responsable de la correría, don Constantino y del Secretario del Concejo, don José Pérez y Ruiz de Alarcón.
Una vez en el despacho del Gobernador, encontraron a este junto al Padre Prior de los Franciscanos y al párroco de San Juan. El dirigente, de mal talante, dijo .- Parece mentira que un Ayuntamiento que parecía católico, haya tomado una decisión anticlerical y en contra de los Padres Franciscanos.
Al ver el cariz que tomaba la reunión, intervino conciliador y diplomático don José argumentando que la medida, lejos de anticlerical, fue tomada como servicio a la ciudad, haciendo hincapié en la religiosidad de los componentes del Ayuntamiento, especialmente en la de don Constantino, el alcalde.
Este último se levantó, queriendo reafirmar las palabras de su secretario, afirmando .- Señor Gobernador, yo he sido monaguillo. El Gobernador, por su parte, se levantó y abrazó a nuestro alcalde diciéndole .- Yo también he sido monaguillo.
De esta simpática manera quedaba zanjado el incidente. El Consistorio aprobó la expropiación (no conocemos como se lo tomaron los religiosos) y el jardín de La Glorieta empezó su remodelación.
2 En 1975 José Luis Rodríguez Serrano, en el quincenal ALMANSA, escribe estos párrafos en un artículo. Juzgue el lector si se trata de una historia real o de una primitiva campaña de marketing.
En mayo de 1925, en el centro del dibujo que iba a representar el nuevo espacio, plantaron la Primera Piedra del segundo Monolito de la Batalla de Almansa. Los trabajos acabaron en 1927. Once años después de empezar las obras, en julio de 1936, fue desmontado, dejando a la ciudad sin obelisco por segunda vez.
Retornando al principio de la modernización, parte de la muralla que cercaba el antiguo jardín se mandó dividir y mover, rodeando el nuevo recinto de bancos de piedra. También se desplazan los arcos situados frente a la fuente por sus lados occidental y oriental3, que a partir de este año se verán a la altura del final de la fachada de la iglesia de Los Franciscanos, unos 50 m hacía el lado este. Desde ese momento, el arco del sur desaparece3.
Fueron añadidas bandejas con vegetación y se plantaron nuevos árboles, presentando un espacio bastante ordenado, clásico.
En el lado meridional del obelisco, montaron una tribuna, donde la banda municipal ofrecía conciertos. En el septentrional, una caseta, a modo de bar.
El Archivo Municipal guarda un plano y presupuesto (1933) del Templete de la Banda de Música en la Glorieta del Jardín de Almansa del cual, en el momento de escribir este artículo, no he encontrado señal alguna de que fuese construido.
3 En fotografías de finales de los años 50 del pasado siglo aparece un cuarto arco en la esquina del las actuales calles Gustavo Adolfo Bécquer y San Francisco, se entiende que se trata de este.
Con motivo del paso de la comitiva fúnebre de José Antonio Primo de Rivera, el 22 de noviembre de 1939, y hasta un momento desconocido (a partir de 1976), un monolito conmemorativo estuvo colocado frente a la iglesia de los Padres Franciscanos.
Este fue un acontecimiento premeditado, que poseía un guion ceremonial y de trayecto. En su punto nº20 decía:
En la documentación encontrada, se habla del momento de este modo:
Lo cierto es que en el documento hallado se crea algo de confusión en cuanto al lugar exacto del relevo, (queda explicado en color rojo):
Se llega al km. 93 (ALMANSA), donde entra la Organización de Albacete. El anterior relevo se había producido en Casas del Campillo, donde La Falange de Sevilla recogió el féretro. Ese fue el último traspaso organizado por Alicante, luego la frase no tiene que ver con el relevo, sino con la organización.
…a otra Iglesia (la de La Asunción), ésta ya en buenas condiciones, donde se cambiaron las andas y se cantó un funeral. Debido a la gran afluencia de voluntarios para actuar como porteadores, unida a la necesidad de aligerar la carga de los mismos, se decidió ampliar la capacidad de las andas de doce a dieciséis usuarios. Así que no se referían a un relevo de Provinciales, sino a un cambio de accesorios.
Ya de día, terminada la ceremonia religiosa (en la Iglesia de La Asunción), de nuevo a la carretera, no sin antes haberse efectuado el relevo de Provinciales, entregando el féretro la de Sevilla y haciéndose cargo de él la de Huelva. En esta ocasión el comentario si es algo confuso, pues es un hecho que un monolito4 fue plantado en El Jardín. (El siguiente y último elemento en nuestro término municipal estuvo a la vera de la autovía, en el km 142.2, dirección Albacete. Actualmente también está desaparecido, quizá enterrado en ese mismo lugar).
4 En la inscripción de cada monolito quedaron reflejados los datos acerca de los relevos. Si aparece ese elemento, se resolverá la duda.
Se conocen algunos pequeños dispendios para con este jardín tras la contienda, a principios de los años cuarenta del siglo XX, gobernando el alcalde Luis de Teresa, comienzan a producirse una serie de cambios de más porte, que se prolongarán 25 años en el tiempo.
En verano de 1943, se informa del ruinoso estado de la plataforma donde actúa la Banda Municipal, se acuerda diseñar y construir un nuevo templete con la máxima urgencia. Asimismo, se solicita el ornato del Paseo de La Glorieta.
Los trabajos serán supervisados por el mismo arquitecto que se había ocupado meses antes del Mercado de Abastos y del Monumento a Los Caídos, el valenciano don Miguel López González. Los gastos irán pagándose con los ingresos de las multitudinarias verbenas.
Don Miguel apostó por un jardín formal francés, que se basa en imponer orden y simetría a la de por sí salvaje naturaleza.
Las labores comienzan, y un año más tarde ya se observan apuntes de faenas en el lugar. El nuevo templete tiene como apoyo la fuente primitiva de la plaza, se le añade una base, 9 columnas y un tejado.
A la vez, están colocando nueva vegetación y cambiando detalles, acordes al estilo francés que desea el diseñador. Pérgolas, macetones, bandejas más definidas, bancos...
En el murete de piedra de la zona frente al bar La Teja, alguien grabó varios tableros del juego del molino, que entretenían al personal que visitaba la zona
En junio de 1945 don Miguel (que a la vez proyecta la portada del Cementerio Municipal) pide autorización para plantar una fuente en el lugar que ocupó el desaparecido obelisco. Dos meses después, el 27 de agosto, don Santiago Guardiola Blanco, presenta un albarán de 6.745 ptas. por la construcción de la misma. En octubre también se presentarán algunas facturas al respecto. (Damos por sentado que presentaron las facturas después de hacer la obra).
Para mayo del 1947 se había solicitado un nuevo alumbrado y el arreglo del piso del recinto, un año más tarde se encargan unas farolas de dos brazos que le dieron cierta personalidad al lugar. Sí, esas cuyos globos de cristal eran continuamente castigados por munición de tirachinas y cantos rodados de variado diámetro. Al este, un seto delimitaba el desnivel que había con el Ensanche.
En los años treinta, el Ayuntamiento poseía en el lado noroeste un terreno contiguo al primitivo callejón de Eugenia (en aquella época El Jardín suponía el inicio de un paso que llegaba hasta la que hoy conocemos como Avda. José Rodríguez Ruano, donde hacía un giro y se dirigía entre dos tapias a su final en la esquina con Rambla de La Mancha. Más adelante, creció por ambos lados, pero esa es otra historia).
Al principio apenas se le daba uso a parte de los dos bancales situados más al sur del citado callejón, pero El Ensanche de La Glorieta fue cogiendo protagonismo poco a poco.
La Festival Almanseña trasladó desde El Corralazo (solar de su propiedad en la calle San Francisco), toda la instalación de su reciente adquisición, el Circo Frediani.
La carpa, que llevaba plantada en el solar desde febrero (representando todo tipo de eventos), acabaría en El Ensanche, donde fue rehabilitada. De las obras se encargó Adolfo Sánchez, director de la Escuela de Artes y Oficios y ejecutor del proyecto del segundo monumento a la Batalla de Almansa.
El 16 de junio de 1928 se inauguró un Teatro de Verano que, a pesar de albergar multitud de espectáculos para deleite de la ciudadanía, fue motivo de la crítica por gran parte del público, que exigía un recinto más estable.
En 1940 se celebraba ahí en Fiestas de Mayo el Concurso Local de Tiro de Pichón, de la Sociedad de Cazadores UCA. En adelante fue donde cada año instalaban atracciones y puestos los días de Feria.
El paseo por La Glorieta poseía un orden no establecido de itinerario. Las mujeres lo recorrían en el sentido de las agujas del reloj y los hombres en sentido contrario, permitiendo cierto mecanismo de cortejo.
El 31 de marzo de 1950 se proclama Hijo Adoptivo Preclaro y Predilecto de Almansa al Excmo. Sr., don José Antonio Girón de Velasco, Ministro de Trabajo.
Se acuerda renombrar el Paseo de La Glorieta como Avenida de José Antonio Girón.
Cada cual interpretaba el paseo de un modo5. Para unos era el contorno exterior del jardín de Arriba, para otros, la vuelta a las calles más cercanas al exterior, pero dentro del jardín, algunos opinaban que era la continuación de la calle Nueva hasta la actual Santa Teresa y había quienes consideraban todo el jardín como Paseo de La Glorieta.
No es de extrañar lo poco que se recordó esa denominación, (de hecho en actas seguirá siendo jardín o Paseo de La Glorieta).
5 Este inciso muestra los datos básicos de una pequeña encuesta realizada a un grupo de personas que conocieron el Jardín durante la década de los 50 y 60 del siglo pasado. La confusión también aparecía en conceptos como El Ensanche, el jardín de Abajo y el callejón de Eugenia.
Es junio de 1950 y el Consistorio ordena la adquisición de cuanto solar sea posible para la ampliación del insuficiente terreno del paseo y la creación de un parque nuevo, encontrando los campos de El Ensanche ideales para ello. Asimismo, se avisaba de que, en caso de no llegar las gestiones a buen fin, había que preparar expropiaciones.
A partir de la década de los cincuenta del siglo pasado, los límites del jardín crecieron sobremanera.
Y es que, el equipo de Luis de Teresa negociaba desde hace cuatro años con las Hermanitas de Ancianos Desamparados la permuta de una parcela ideal para rematar el Ensanche de la Glorieta.
En agosto de 1951 se aprobó en Pleno entregar unas propiedades cercanas al Matadero a las Hermanitas a cambio de las deseadas, aunque los acuerdos oficiales tardaron un par de años en firmarse. En el solar, don Miguel López proyectó para las religiosas una residencia.
También llamado jardín del Quieto y jardín de Abajo.
En diciembre de 1954 el alcalde se desplaza a Madrid con la intención de negociar con el Ministro de Trabajo una solución ante el inminente cierre de la empresa Calzados Coloma, pues dejará sin trabajo a alrededor de medio millar de trabajadores.
Después de varios días de diálogos intensos, el 20 de diciembre, don Luis sufre un infarto y fallece. La inesperada muerte, unida al agradecimiento de una buena parte del pueblo por los logros conseguidos como regidor y, por qué no decirlo, a que estábamos en la Era de Franco, se tradujo en multitud de reconocimientos.
El 18 de diciembre de 1955, como parte de esos agradecimientos, se inaugura un parque en El Ensanche. En su centro, un estanque redondo rodeado por cuatro pérgolas sobre 16 columnas, dibujando un círculo. En ese mismo lugar una estatua de medio cuerpo del alcalde fallecido, sobre un pedestal de piedra con el escudo de Almansa. Todos esos elementos, más ocho arcos decorativos para plantas trepadoras y otras tantas bandejas con césped y flores, se hallaban en un parterre trapezoidal elevado, al que se accedía por tres escalinatas situadas en los lados norte, este y sur.
Coincidiendo con esa nueva construcción se instaló una escalera, frente a uno de los arcos primitivos de acceso, para bajar desde el Jardín de Arriba.
Acaparar terreno y ampliar por este lado la ciudad sigue siendo prioridad. En 1957 el entonces Arquitecto Municipal don Miguel López González, anuncia en el libro de Las Fiestas la futura alineación del callejón de Eugenia con el trozo de calle que viene desde la esquina del bar La Teja, qué, a partir de ahora (bueno, aún esperarán una década para hacer realidad la idea), cruzará hasta la hoy conocida como avenida José Rodríguez Ruano.
Asimismo, se pone en marcha la ampliación de la calle Santa Teresa, que debe acabar en una nueva plaza cercana a la carretera de circunvalación, donde quedará plantado un nuevo Monolito en recuerdo de la Batalla de Almansa.6
A pesar de la visita de don Luis Martínez de Irujo y Artazcoz, Duque consorte de Alba de Tormes y Grande de España, el día 25 de abril, para colocar la Primera Piedra del tercer obelisco, varios inconvenientes motivaron la paralización de las obras y el olvido del proyecto.
Lo que no paró es el acopio de nuevos solares que harían realidad un nuevo Instituto y la Avenida José Rodríguez Ruano, entre otros.
6 La idea se venía sopesando años, en marzo de 1952 el Ayuntamiento ya había acordado reconstruir el obelisco destruido en 1936.
En los comienzos de la década de los setenta del siglo XX se plantea una transformación íntegra de la zona. En julio de 1975 el Concejo aprueba la ejecución de la primera fase del proyecto Remodelación de parque urbano de este Ayuntamiento presentado un año antes por el Arquitecto Municipal Honorífico don José Luis de Matea y Cuenca (en 1973 creó el edificio de La Mutua Almanseña), tras recibir el beneplácito de la Diputación Provincial (y una ayuda de más de 2.700.000 ptas., claro).
Este remozado pretendía cambiar radicalmente este jardín à la française que había prevalecido desde sus inicios, por uno de estilo moderno. Dejarían el emplazamiento diáfano, eliminando el desnivel pronunciado entre Jardín de Arriba y Jardín de Abajo, respetando solamente los árboles.
Una gran entrada desde la calle San Francisco, un Jardín de Agua que rodearía a una zona con un quiosco-bar acabando en un estanque bajo una loma y un área con desniveles arbolados abrazando un nuevo auditorio. Así iba a ser el nuevo parque.
En enero de 1976 comienzan las tareas. Se derriba el quiosco de música (y la fuente primitiva), desmontan la preciosa fuente que había enfrente de la iglesia, desaparecen los tres arcos de entrada y los tradicionales bancos de piedra. Las casetas y atracciones feriales que habitaban todo el año en el lugar, son desalojadas y el parque Luis de Teresa es eliminado. En fin, se arrasa con todo.
En esta primera fase es pavimentada la calle Gustavo Adolfo Bécquer, se añaden dos montículos decorados con rocas, bandejas con césped y flores, incluso una pista de cemento para hacer deportes.
El 26 de diciembre de ese mismo año se aprueba inicialmente la segunda etapa de la primera fase del proyecto para construir fuentes, quiosco, auditórium y estanque, a falta de la aprobación desde Diputación. Desgraciadamente, los cambios que trajo la Transición afectaron negativamente al proceso administrativo y la reforma del parque quedó estancada en pro de otras ejecuciones prioritarias.
Tras la decepción al ver desaparecer tantos recuerdos, han sido muchos quienes han intentado conocer el paradero de tantos elementos desahuciados, he aquí una lista que se irá actualizando si es necesario:
Los bancos de piedra que rodearon tantos años el recinto se amontonaron frente a la ermita de San Blas, acabarán dispersos en:
Además:
Con el paso del tiempo, el Busto de Luis de Teresa, farolas, pérgolas y otros elementos se darán como perdidos.
Si algún elemento se ha considerado especialmente importante en nuestro jardín, este ha sido el templete. Una vez eliminado el que había, como no llegaba el sustituto, se instaló una tarima aproximadamente donde está el que conocemos actualmente.
La plataforma, hecha con bloques de hormigón, resultó tan poco decorosa, que provocó la ira de una ciudadanía acostumbrada a disfrutar de un digno jardín, que quizá necesitaba un remozado en el alumbrado y algo de presupuesto para renovar vegetación, pero no la eliminación total.
Tal fue la situación que el 13 de agosto de 1977, y tras interpretar tres piezas, la Sociedad Unión Musical de Almansa suspendió un concierto en protesta por esa instalación tan precaria.
Días después, en otro claro gesto de presión, estos músicos no acuden a la Procesión de las Fiestas de San Roque, por no ser comunicada debidamente y con la antelación suficiente. A pesar de ello, habrá que esperar años para volver a disfrutar de un quiosco de música de obra nueva.
Diez años después, en septiembre de 1986, comenzaron unas obras esperadísimas, que culminarían el 30 de abril de 1987.
Un gran templete con 10 columnas, un mirador con un pequeño bar y un estanque con chorro de agua y aves devolvieron algo de esplendor a un espacio que lo pedía a gritos. Aprovecharon para añadir mucha vegetación y para establecer una zona de juegos para niños.
Las actuaciones efectuadas incluyeron la peatonalización de algunos tramos de calles y algunos componentes más.
Se peatonalizó el tramo de la Avenida José Rodríguez Ruano desde su esquina con las calles Pío Baroja y Santa Teresa para crear una continuidad de la zona verde hacía el este de la ciudad.
Más adelante, y a los laterales del CEIP Claudio Sánchez Albornoz nuestro jardín vio nacer nuevos elementos, el parque infantil de tráfico Pedro Duro en la parte norte y una gran superficie dedicada a aparcamiento en el lado sur.
Curiosamente, estas dos nuevas instalaciones impedían esa expansión deseada. El parque de tráfico fue vallado, obstaculizando el paso, el aparcamiento causaba el mismo efecto para los paseantes.
A principios de los ochenta hubo una iniciativa en el Ayuntamiento que involucró a los alumnos del entonces profesor de dibujo en el IES José Conde, el catedrático don José Vicente Cifre Fornas.
Se trataba de una malla de ferralla en forma de columna que se plantó en medio de una bandeja de césped frente a la entrada de la pista de baloncesto. Los propios alumnos del centro elegirían, conseguirían y llevarían una serie de artefactos metálicos al parque, donde serían soldados a esa columna.
Al parecer el acto, un domingo por la mañana, fue un fracaso. Aún así, durante la semana siguiente se fueron soldando piezas a una estructura que acabaría siendo apodada El Quijote.
Estos últimos años se acumularon quejas por la peligrosidad del artefacto, que acabó siendo desalojado quién sabe cuándo, y si se almacenó, quién sabe donde.
El caso es que un día desapareció, sin más. Así hemos dejado atrás una fuente que había muy cerca de esa bandeja y de la pista, hecha de ladrillos claros y con grifo de los de botón (Se conoce de buena tinta que era objetivo de gamberros y acabó varias veces por los suelos). Tampoco se ha vuelto a ver el bonito pilón antiguo de hierro fundido que, en algún momento, seguramente por un razonable motivo, fue intercambiado por el frío poste que se observa actualmente.
Con la llegada del siglo XXI aparecieron nuevas ideas, entre ellas, la construcción de un auditorio para música. Se planificó un concurso de ideas y se presentaron varios proyectos para montarlo en un solar de diseño semicircular situado al este, detrás del CEIP Claudio Sánchez Albornoz.
A la par, se deseaba que este nuevo recinto sirviese como sustituto de un Teatro Regio que el Ayuntamiento tenía alquilado desde 1992. Ese lugar tuvo que clausurar sus actuaciones por el deterioro del edificio, que resultaba un peligro para los usuarios.
En 2002 el Consistorio llegó a un acuerdo con los dueños del Teatro Regio, se efectuó la compra y posterior rehabilitación de la sala. Estas obras fueron motivo de olvidar el proyecto de auditorio.
Al principio de este artículo nos referíamos a qué, desde 1881, en El Jardín se ha celebrado La Feria.
Al pasar la Transición, la afluencia masiva de feriantes, casetas de instituciones y asociaciones locales y visitantes no paraba de crecer, llegando a ser un verdadero problema cada año recuperar el espacio deteriorado tras tanto trajín.
Tal fue el impacto negativo que, una vez desestimado el emplazamiento del auditorio, el equipo de Antonio Callado, alcalde por aquellos años, decidió convertir el solar con forma de hemiciclo en el nuevo Recinto Ferial.
En 2006 se celebró la primera Feria en el nuevo espacio, con muchas voces en contra por romper con tantos años de tradición. Cuatro años después se completaban las obras principales del lugar con la construcción de una valla metálica decorada.
Actualmente, allí se ha trasladado parte del Mercado Ambulante semanal de Almansa.
En octubre de 2015 se decidió demoler el quiosco de bebidas (conocido como La Maquinilla) y recuperar ese perímetro del parque que en los últimos años había perdido su esplendor. El artista local Vicente Rosique se ocupó de crear un mural de caras, representando así a niños y mayores de Almansa.
Poco después, en 2017, se adecuó la calle Santa Teresa, quitando protagonismo a los vehículos y ofreciéndoselo a los paseantes.
En 2023 se reformó el Parque Infantil, actualizando los elementos para disfrute de los más pequeños visitantes.
A pesar de tropiezos, desatinos e inconvenientes, el Parque de los Reyes Católicos es parte de nosotros, de cada almanseño. Aprovechando que se acaba este paseo virtual, estáis todos invitados a visitar, esta vez a pie, nuestro querido jardín.
Lo fascinante de esta recopilación de datos es dar a conocer recuerdos de gente que vivió diferentes etapas de El Jardín. Agradezco a Luis Gil, Jesús Bernardo Torres, Juan Cuenca, Narci Cantero, Pilar Mancebo, Juan Luis Bonete, Aurora Garijo, Flo, Juan, Oscar Gallardo, Antonio Piqueras, Diego Gallardo, Pedro Fito, María Belén de Ves, José Vicente Cifre y tantos otros que han querido acordarse de detalles de nuestro parque.
Este es un documento abierto a correcciones, pienso que al hablar de hechos pasados, por mucho que se quiera representar de un modo exacto, siempre cabe la posibilidad de mejorarlo o de rectificar confusiones, inexactitudes y descuidos. Por este motivo, es probable que se produzcan cambios en la página con el paso del tiempo.
Pido disculpas si me olvido de alguna persona, publicación, fotógrafo o web de la que extraje información, pues han sido cientos de elementos consultados, y muuuchas horas de lectura.
Almansa desde los Reyes Católicos hasta la Transición. M.J. Pereda 2010
70 años de arquitectura en Albacete 1936-2006 M Gutiérrez 2010
Almansa, esa desconocida (Luis Albertos Martínez)
Plenos 1935-hoy
Almansa. Publicación quincenal 1975-6
De asilo a residencia. Cuadernos del archivo de Almansa nº1
Revistas de Fiestas 1936-hoy
Historia de Almansa, apuntes 1954 José Pérez y Ruiz de Alarcón
Libros del proyecto Décadas
Una oportunidad para el encuentro. C. García, L. Marí
DIBUJOS Y ARQUITECTURA DE MIGUEL LÓPEZ GONZÁLEZ (1932-1968) 2008 A Martínez, J. Oliva
A hombros de la Falange – Samuel Ros y Antonio Bouthelier
1976-1986: Almansa en la década de la Transición - 1988 J.L. Hernández
Inventario AMA
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* Publicada en el quincenal Almansa (1975) y recopilada en Almansa, esa desconocida (Luis Albertos Martínez).
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Lun 18-diciembre-2023 en 23:15Probando opiniones