La Casa de Los Ochoa, que data del siglo XIX, fue construida en dos etapas, previamente se levantó la casa de labranza y, años más tarde, la vivienda de recreo.
También se la conoce por la Granja del Ángel, Casa de Ochoa y Casita Ochoa.
Un edificio de dos plantas
En la planta baja, siete arcos dejaban ver una terraza cubierta que daba entrada a la casa principal, dotada con amplios salones, hogar, cocina y otras dependencias.
El piso superior acogía las habitaciones y, más arriba, una torre-palomar (añadida a mediados del siglo XX) coronaba el inmueble.
Atrás
La parte posterior de la hacienda contaba con un gran corral conectado directamente al exterior mediante portones. Allí estaban la casa de labradores, las cuadras con pajar y palomar incluidos y varias porqueras y gallineros.
En el exterior, una gran balsa dedicada al riego, es a día de hoy, pasto de la vegetación. Parece ser que en su momento contó con una noria hidráulica (afirmación que no hemos podido comprobar).
En el lateral occidental de la finca se encuentra un camino entre dos hileras de pinos (que aún se pueden divisar); servía a diario a doña Josefa Conesa para ir a misa, paseando. Esta avenida unía la casa con los terrenos del Santuario de Belén.
Actualmente, la parcela se encuentra en un estado lamentable; si bien desde la década de los noventa ya fue en declive, la intensa nevada caída a principios de 2017 contribuyó a la decadencia de un inmueble que tuvo su mayor esplendor en la primera década del siglo XX.
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