También es llamada La Cruz de Calblanca o la Cruz del Puntal del Mugrón.
Está situada en la parte más alta (1208,921 m.) y más meridional de la Sierra del Mugrón.
Fue colocada a finales de 1966 por alumnos del Colegio Episcopal.
La excursión
El ex alumno y, más adelante profesor del colegio, Francisco Puyó recuerda que en aquel momento él residía en Valladolid y cuando volvió a Almansa a pasar las navidades, su profesor don Carmelo Heras le propuso (a él y a otros compañeros) participar en el intento de poner una cruz en lo más alto de la sierra del Mugrón. Aceptó encantado.
Y es que, en aquella etapa, don Carmelo, profesor de bachillerato que estudiaba para sacerdote, era gran aficionado a todo lo referente a la arqueología, la escalada, espeleología, etc. Sus múltiples iniciativas en ese aspecto fueron conocidas y bien recibidas por el alumnado.
Carmelo Heras fue sacerdote de Fuente Camacho y descubridor del yacimiento arqueológico del Cortijo del Calvillo
La caminata se acometió desde el lado sudoeste del Puntal del Mugrón y terminó en el lugar donde vemos la cruz actualmente, en la cima de la cresta.
Confusión, olvido
Examinando fotografías actuales y comparándolas con las aportadas por el Sr. Puyó es evidente que el elemento colocado, hecho a base de viguetas de tipo I, no es el que podemos visitar hoy en día. En algún momento fue sustituido por uno diferente, a partir de tubos metálicos redondos, que es el material que forma la cruz de ahora.
Cabe resaltar que algunos entrevistados recuerdan una primigenia cruz de madera, que fue sustituida por la de hierro, alusión que el profesor Francisco Puyó desconoce si es cierta, estando convencido que el día que plantaron el crucifijo allí no había estructura alguna (el vértice geodésico que se ve en la actualidad se colocó en 1988).
Un miembro de la familia Calblanca se despeñó desde ese lugar y falleció. Según una de las leyendas, su familia colocó la cruz en su recuerdo.
El monumento que nunca subió
Hay quienes barajan que el motivo de emplazar la modesta cruz era resarcir la decisión, doce años antes, de no instalar en el cerro el Monumento a la Realeza de María. Evidentemente, solo son conjeturas.
El origen de estas suposiciones nace en 1954 cuando la corporación municipal de Albacete conviene subvencionar con 4000 pesetas a un proyecto presentado por el Frente de Juventudes de Albacete.
La actuación consistía en "la erección de un monumento como homenaje de las falanges juveniles a nuestra Madre Celestial en el monte El Mugrón en Almansa".
La obra fue esculpida en caliza por el albaceteño Eugenio Alcocel Hernández (Fuente de la estación, Esculturas de Qijano o los frisos del CEIP Claudio Sánchez Albornoz pasaron por sus expertas manos).
Finalmente, nadie conoce hasta ahora el porqué, el monumento se erigió sobre un pedestal de mampostería caliza en lo alto del cerro del Pino, en Hellín. Fue bendecido e inaugurado por el obispo de la diócesis Arturo Tabera y Araoz el 2 de junio de 1956.
Referencias
Paco Puyó, alumno y profesor en el Colegio Episcopal.
Sabiduría social, siempre inexacta, pero con mucho fundamento.
Evolución Urbana de la Ciudad de Hellín (1939-1979)" Los años del Esparto". Antonio Callejas Gallar 2019.
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